Todo sobre anafres o cocinillas: características y cómo elegir

Terminada la instalación del campamento luego de una larga y agotadora jornada de aproximación, cargados como mula y con un viento que no deja de soplar recordándonos lo húmeda que tenemos la espalda, entre otros, llega el momento para meterse de cabeza en la mochila en búsqueda de los alimentos que saciarán al león que hace horas despertó y que recuerda insistentemente lo hambrientos que nos encontramos. Es en esa escena donde aparece la cocinilla.

El sonido de la “cocina portátil de montaña” encendida (o anafe, cocinilla, fogón o infiernillo, como se puede encontrar en la literatura española) —anafre de ahora en adelante— resuena como música para los cansados oídos de los aún más cansados montañistas que solo quieren algo caliente y lo suficientemente llenador antes de dormir y, así, prepararse para la jornada siguiente.

Este sonido, ciertamente, depende del tipo de la cocinilla o anafre: si es a gas o bencina, siendo el primero por lejos más silencioso (o menos ruidoso), pero más allá de lo que indiquen los canales auditivos, es importante conocer los diferentes anafres y sus usos. 

Lo sé: dirán que el uso es para cocinar y calentar agua, sí, pero lo cierto es que hay algunos modelos que funcionan mejor que otros en diferentes situaciones y escenarios.

Nunca debe quedar una cocinilla sin supervisión.

Tipos de anafres

Hoy —y hace rato—existen varias marcas y modelos de anafres, pero antes de elegir alguno de ellos es fundamental tener claro cuál es el tipo de actividad que se practica con mayor frecuencia. O cuáles. No es lo mismo escoger uno para ir, por ejemplo, por el día a escalar en roca deportiva al Cajón del Maipo solo para calentar agua para un café, té o el tan de moda mate, que otro para acampar a los pies de las cascadas de hielo en Yerba Loca en pleno invierno, donde sí o sí hay que fundir nieve para obtener agua.

De acuerdo: dirán “yo uso el mismo para todo” y listo, zanjada la discusión, no se hable más, buenas noches, hasta la vista babe; pero es interesante conocer más a fondo los tipos y sus diferentes usos, en función de la actividad (quién sabe, en una de esas les resulta útil):

Cocina siempre fuera de la carpa. ¡Ojo con las telas altamente inflamables!

1. Anafes a gas

Los más comunes siguen siendo los que se atornillan al balón o cartucho —fácil y bonito— por su comodidad y simpleza, aunque todavía es posible encontrar modelos que perforan a éstos, pero cada vez más en desuso por ser poco prácticos, pues no se puede retirar hasta que está vacío.

Dependiendo de la marca y modelos, los anafres pueden tener un gran quemador con forma de disco, que entrega más estabilidad al apoyar ollas, sartenes, etc., sobre ellos, entregando una llama grande y uniforme; o bien con apoyos o brazos plegables, de un diámetro menor del quemador, pero más livianos y rendidores en cuanto a consumo de gas.

En ambos casos, la llama queda “abierta”, perdiendo calor por no tener nada que la proteja y empujada hacia el exterior por acción del viento. Deben usarse en ambientes protegidos, como en el avance o vestíbulo de una carpa.

A la izquierda, un anafre de plato grande. A la derecha, anafre con brazos plegables.

Los de tipo “araña” —o de conexión al combustible a través de una manguera— son por lejos los más estables al no estar atornillados sobre el balón. Dependiendo de sus materiales, se puede encerrar con pantallas de aluminio—muchas tienen sistemas de protección frente al viento— o con una pirca de piedras alrededor para así evitar perder calor, siendo mucho más eficiente en el uso, pues optimiza el rendimiento del anafre y crece sustancialmente el ahorro de gas.

Anafre de tipo “araña”.

Los sistemas de anafre con radiador o pantallas perimetrales incorporadas hoy en día se han convertido en opciones muy atractivas debido al eficiente consumo de gas que ofrecen, en comparación a los de tipo llama abierta o desprotegida.

No es que sean especialmente más veloces al momento de, por ejemplo, hervir 1 litro de agua en comparación a otros, sino que lo que los vuelven muy útiles y codiciados es el cuidado del combustible en terreno, pues evitan en gran medida la pérdida de calor hacia el exterior. También atornillables, se trata de un conjunto anafre + recipiente + olla —incluso sartén— muy eficientes y rendidores.

Respecto al combustible, existe en el mercado mezclas de butano – propano en diferentes proporciones: 70% butano – 30 % butano, 75%-25%, 80%-20%, 95%-5%, etc.

Ejemplos de anafres integrales.

2. ANAFRE A COMBUSTIBLE LÍQUIDO

Se trata de un anafre de tipo “araña”, compuesto íntegramente por materiales metálicos, por lo que puede ser rodeado por una pantalla de aluminio, aumentando notablemente su rendimiento.

Ejemplo de pantalla de aluminio.

El de mejor rendimiento es la bencina blanca, que se puede adquirir en ferreterías y viene en botellas de 1 litro. Tiene gran poder calórico y es más limpia que otras opciones. 

También puede ser usado con parafina e incluso diésel, pero la combustión es más sucia y tiene menor poder calórico.

Para salidas extensas o en condiciones invernales es una excelente opción, pues una vez encendida es un verdadero infierno y es capaz de fundir grandes cantidades de nieve para obtener agua. 

En cuanto a sus ventajas, el consumo es, en términos generales, más rendidora que algunos modelos cocinilla a gas, pero también resulta al final más económica, pues la bencina blanca —la de mejor rendimiento– es barata y fácil de conseguir, además puede aprovecharse literalmente hasta el último concho de combustible.

La desventaja que posee este tipo y que lo ha hecho perder terreno en los últimos años es que este anafre es más voluminoso y pesado que algunas nuevas opciones integradas y, fundamentalmente, que la limpieza y mantenimiento es clave para su buen funcionamiento (hay que adquirir un kit de mantenimiento después de un tiempo de uso).

Kit de repuesto para el anafre que usa bencina.

También es cierto que, mientras una cocinilla a gas basta con abrir la válvula, encender un fósforo y esperar a que hierva el agua para el café, las opciones a bencina requieren —tomen nota—: aplicar presión a la bomba de la botella, cebar el quemador, ojalá con un líquido más limpio que la misma bencina (alcohol de quemar, o sea, otra botella), abrir la válvula y esperar que se pulverice el líquido mientras desprende un humo algo oscuro y… encenderla, mientras suena y arranca como tractor petrolero. Bonus track: altamente inflamable.

PD: aún así, ¡gustan mucho!

Cuándo usarlos?

Para expediciones de largo aliento, grupos grandes y actividades invernales: a pesar de lo que puedan pensar: sí, bencina; menos residuos y eficientes.

Senderismo, trekking ligero o actividades de corta duración: gas, atornillados directos: livianas y simples y, sobre todo, livianas y simples.

Actividades de 2 o 3 días, salidas alpinas, montañismo clásico: sistemas integrados o tipo araña. Ambas funcionan súper bien en todas condiciones: protegidas del viento, rendidoras y con alto poder calórico. Y no son pesadas.

Comida calentita, ¡corazón contento! Antes de cada excursión, preocúpate de que el chispero realmente funcione. Aún así, no está demás andar siempre con fósforos.

Peligros

• La bencina es altamente inflamable. Se debe revisar previo a cada uso el estado de las mangueras, gomas de los anillos y cierre de válvula de la bomba, pues es por donde puede fluir el líquido.
• Estar atento a la cantidad de bencina que dejamos salir al abrir la válvula, pues en ocasiones no nos damos cuenta y se forma un pequeño “charco” alrededor de combustible, siendo muy peligroso por lo altamente inflamable que es.
• El gas en espacios cerrados puede ser riesgoso al no contar con ventilación y puede producir asfixias por inhalación de monóxido de carbono.
• Aunque suene de perogrullo, no se debe arrojar los cartuchos vacíos de gas al fuego (en verdad, no se debe arrojar nunca nada), pues muchas veces contienen un mínimo de gas, resultando innecesariamente peligroso.
• ¡Cuidado con las pantallas de aluminio o pircas de piedras muy cerradas! Sí, ayudan mucho para evitar la pérdida de calor y con ello ahorrar gas, pero se corre un serio riesgo al calentar excesivamente el cartucho de gas. Además, muchos de estos están construidos con algunas piezas de plástico, derritiéndose y pudiendo inutilizar el equipo.

Consejos

• En las etiquetas de cada cocinilla camping aparece —o debiera aparecer— un cuadro con el rendimiento promedio de consumo de gramos de gas o milímetros de bencina por hora de uso (dependiendo, lógico, del cuidado y mantenimiento que se realice periódicamente).
• Existe en el mercado un accesorio muy útil y pequeño —crunch it— que permite perforar los cartuchos de gases vacíos, asegurándonos así que están limpios para poder reducirlos “a piedrazo limpio” para que de esta manera ocupen menos espacio dentro de las mochilas al movernos. 
• Algunas cocinillas jetboil de sistemas integrados tienen la llama del quemador muy concentrada en el centro, pudiendo ser de cuidado al momento de cocinar alimentos que requieren más tiempo de cocción, pues es fácil que se quemen.
• Hay marcas que ofrecen un sistema integrado de anafre a combustible líquido + gas, cambiando sólo el conector de la botella a cartucho. La bencina puede transportarse en 3 diferentes botellas de aluminio: 325 ml, 591 ml y 887 ml., siendo útil para salidas breves a largas.

Botellas de bencina de referencia en tres tamaños distintos (325 ml, 591 ml y 887 ml).

Revisa nuestra colección de cocinillas: